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Origen y Reglas del Backgammon

31 diciembre 2023

Seguramente hayas visto el tablero del Backgammon en algún lugar, un tablero muy característico lleno de triángulos alargados, y te hayas preguntado cómo se mueven las fichas de este juego, uno de los más antiguos del mundo.

Pero no te preocupes, en este artículo vamos a explicar todo lo que hay que saber sobre este juego para los que nunca han jugado pero sienten la curiosidad de probarlo.

El origen del Backgammon

El Backgammon (en España también se conocía como tablas reales o chaquete) es, quizás, uno de los juegos antiguos que más se practica en la actualidad. Es un juego que tendrá unos 5000 años, ya que los primeros vestigios de este juego de mesa se hallaron junto a restos de la civilización sumeria. Sin embargo, con el tiempo, este juego se ha extendido por todos los rincones del mundo y se ha convertido en una actividad lúdica muy popular entre las grandes civilizaciones.

Incluso en la tumba del faraón Tutankamón, así como en Grecia y en Roma, donde había una variante muy popular, parecida a la versión que conocemos hoy en día, que se llamaba «Tabula» (o «juego de las doce líneas»), se encontraron algunos tableros de una variante de este juego. En el siglo XVII, en Francia, el juego se conocía como «Tric Trac» y, no fue hasta 1650, en Inglaterra, cuando empezó a llamarse «Backgammon» (tal y como se recoge en el Diccionario Universal de Oxford).

Lo cierto es que el juego no tuvo mucho éxito en esos años que se sucedieron tras aquel momento, sobre todo en Europa, quizás debido al hecho de que, a pesar de que se jugaba con dados, era necesario tener ciertas habilidades para poder jugar. Por eso, el momento en el que la popularidad de este juego cambió fue cuando se introdujeron nuevas reglas, como la de «doblar» la apuesta, que aportaron una nueva perspectiva y mayor éxito al juego, primero en Estados Unidos y, más tarde, en Europa, al volver a estas tierras con esas nuevas reglas.

¿Qué es el Backgammon? ¿Qué se necesita para jugar a este juego?

A pesar de ser un juego muy antiguo, el Backgammon mantiene intacta esa fascinación que se experimenta al enfrentarse a un gran desafío, porque, de hecho, en este juego se libra una auténtica batalla entre dos contrincantes, en la que estos siempre buscan hacer la mejor jugada (y esperan tener un poquito de suerte).

Para jugar solo hace falta el tablero de juego, como es obvio, con sus 24 triángulos alargados (también llamados casillas o puntos), cada uno de ellos con un número que va en orden ascendente, del 1 al 24 (el orden será inverso para el jugador que ve el tablero desde el otro lado).

Cada jugador dispondrá de 15 fichas de colores distintos, que, al principio de la partida, se colocarán en el tablero en una posición ya establecida: 2 en la casilla 24, 3 en la casilla 8 y 5 en las casillas 6 y 13.

Además, hacen falta dos dados de seis caras para la tirada, más un dado (o cubo) especial para «doblar» la apuesta, también de seis caras pero con los números 2, 4, 8, 16, 32 y 64.

Una vez esté todo preparado se podrá empezar a librar esta auténtica batalla.

Objetivo del juego y movimiento de las fichas

Cuando ya estén todas las fichas colocadas en su posición inicial, habrá que tener claro que el objetivo del juego es «liberar» todas nuestras fichas del tablero.

Pero ¿cómo lo hacemos? Con mucha paciencia. Lo que tenemos que hacer es moverlas todas desde la casilla de mayor valor hasta aquella con el valor más bajo, desplazándolas en función del número que salga en los dos dados que lanzamos.

Lo único que hay que tener en cuenta es que no podemos mover una ficha a una casilla en la que ya haya dos o más fichas de nuestro contrincante y que tenemos que gastar todos los movimientos que nos salgan en cada una de las tiradas; para ello, podemos mover una sola ficha, tantas casillas como la suma del valor de los dos dados, o dos fichas, cada una con el valor de uno de los dados. Si al lanzar los dados nos sale el mismo valor en ambos, entonces el número de movimientos que podremos hacer se duplicará (es decir, si nos sale un 5 y otro 5, podremos hacer cuatro movimientos de cinco casillas cada uno).

Liberar las fichas del tablero

Hay que ir moviendo las fichas poco a poco hacia la parte inferior (aquella que está más cerca de nosotros) del tablero hasta que tengamos nuestras quince fichas en el cuadrante inferior derecho (aquel donde las casillas están numeradas del 1 al 6). Solo en ese momento podremos empezar a liberarlas del tablero; ya que, para ello, el uso de los dados variará un poco.

Ya no moveremos las fichas tantas casillas como el valor indicado en los dados, sino que este valor nos indicará qué fichas podemos liberar en función de dónde estén situadas; por ejemplo, si al lanzar los dados obtenemos un 4 y un 5, podremos liberar una ficha de la casilla cuatro y una de la casilla cinco.

Es importante saber que, si no tenemos ficha en una de esas casillas (o no tenemos ficha en ninguna de las dos), podemos liberar una ficha que esté en una casilla de valor inferior o mover una ficha hacia una casilla con un número inferior.

Capturar una ficha

Durante la partida, a medida que movemos nuestras fichas hacia la salida del tablero, puede que nos topemos con la posibilidad de «capturar» una ficha de nuestro contrincante. Esto tiene lugar cuando una de sus fichas está sola en una casilla y al lanzar nuestros dados podemos poner una de nuestras fichas en esa misma casilla.

En ese momento, nuestra ficha ocupa su posición en la casilla y la del contrincante tiene que desplazarse a la barra central del tablero, aquella que divide las dos secciones del tablero de juego.

Este movimiento es muy importante, sobre todo en algunas fases del juego, ya que el jugador al que le hayan «capturado» una ficha, tendrá que empezar su siguiente turno reintroduciendo esa ficha en la casilla que corresponda al número más bajo de los dos dados lanzados (pero si esa casilla está bloqueada por más de una ficha del contrincante, el jugador no podrá hacer más movimientos y perderá el turno).

Doblar la puntuación con el dado de las apuestas

Hasta ahora hemos hablado de cómo se juega una partida de Backgammon y qué movimientos puede hacer el jugador para conseguir el objetivo del juego.

Sin embargo, respecto a la puntuación, hay información muy importante que debemos conocer. Los jugadores no solo podrán obtener los puntos que se consiguen al liberar todas las fichas del tablero, sino que hay otras maneras de conseguir más puntos, como, por ejemplo, el dado especial para doblar la puntuación (también conocido como el dado de las apuestas).

En relación con este dado hay muchas variantes y tipologías de reglas, por lo que hay que ponerse de acuerdo antes de empezar a jugar, pero, por lo general, este dado se utiliza de la siguiente forma:

  • Si solamente falta un punto para que un jugador gane la partida, no se podrá utilizar este dado para doblar la puntuación.
  • El jugador puede proponer al contrincante «duplicar la apuesta», pero tiene que hacerlo antes de lanzar los dados. El contrincante puede aceptarlo (se duplican los puntos que hay en juego y que se llevará el jugador que gane) o rechazarlo (en ese caso perderá un punto).
  • El dado pasa a manos del jugador que ha aceptado la propuesta de doblar la apuesta y se dejará en la posición que marca los puntos de victoria que se conseguirían en ese momento. Este jugador puede optar por utilizarlo para redoblar la apuesta (en ese momento el dado volvería a manos del contrincante).

Otras reglas y puntuaciones

Además del dado de las apuestas y de la «liberación» de las fichas del tablero, hay otras maneras de conseguir puntos y situaciones especiales en las que hay que aplicar unas reglas concretas.

  • Gammon: si un jugador consigue liberar todas sus fichas del tablero y el contrincante todavía no ha conseguido liberar ni una, el ganador obtendrá el doble de puntos.
  • Backgammon: la situación es la misma que en Gammon, pero, además, el contrincante tiene todavía una ficha en la barra central del tablero o en la parte del tablero más cercana al otro jugador. En este caso, la puntuación se triplica.
  • Doble automático: es una regla especial que se aplica cuando en el primer lanzamiento de los dados, al principio de la partida, sale el mismo valor en los dos dados. En este caso, no solo se duplica el movimiento de las fichas, sino que también se duplican los puntos que hay en juego (el dado de las apuestas mostrará directamente el valor 2).
  • Regla Beaver: esta regla permite al jugador que acaba de aceptar la propuesta del contrincante (la de doblar la apuesta) proponer de vuelta un «redoblar» la apuesta y seguir quedándose con el dado en su poder.
  • Regla Crawford: esta regla se utiliza cuando uno de los dos jugadores está a un solo punto de la victoria y su función es la de no permitir que se haga uso del dado de las apuestas.